PROGRAMA GENERAL UD1

Programa desarrollado por los Profs. Luis Jiménez Damas, Álvaro Rodríguez, Alfredo Mariño y Virginia Solórzano


> Programa general de la UD1 en formato UCV. Desarrollado por los Profs. Luis Jiménez Damas, Álvaro Rodríguez, Alfredo Mariño y Virginia Solórzano. Revisado en 2008 por los Profs. Virginia Solórzano y Pedro Franco en el 2008. Última revisión y adecuación al formato UCV realizada en 2015 por las Profs. Maya Suárez y Virginia Solórzano.





> Resumen de los contenidos y objetivos por semestre. Revisión realizada en el año 2011 por consenso de todos los profesores de la UD1

1. - INTRODUCCIÓN

Tomar la decisión de ejercer la docencia exige, como mínimo, el esfuerzo por realizar dos actos preliminares. Uno, asumir posición con relación a la manera de entender la disciplina que se desea trasmitir. Otro, asumir posición en cuanto a la naturaleza del conocimiento que se desea impartir. En el caso de la enseñanza de la arquitectura no hacerlo implica el riesgo de limitar la acción docente a la práctica mecánica del oficio, sin ningún tipo de exigencias intelectuales.


1.1. - LA ARQUITECTURA

Sí se toma en cuenta como fenómeno la diversidad de posturas que en la actualidad permite la arquitectura, resulta sano, como contrapartida a la adopción de posibles credos, doctrinas o tendencias, fijar un punto de vista que permita, si no la inclusión de todo complejo de ideologías existentes, al menos, servir de plataforma desde la cual abordar cualquier posición conceptual respecto a la arquitectura, en el convencimiento de que ninguna de ellas será suficiente para explicar la totalidad.

En este sentido, nos resulta útil adoptar el planteamiento de Quaroni inherente a la “causa” por la cual la arquitectura debe ser objeto de interés para “quien es arquitecto o lo está siendo” en la medida de poder ser entendida como “el resultado de una actividad natural del hombre que trata de proceder a humanizar el espacio natural con los medios que la cultura a que pertenece pone a su disposición“ (Ludovico Quaroni: Proyectar un edificio. Ocho lecciones de arquitectura. Lección Primera).

Estamos conscientes de la herencia intelectual presente en el libro de Quaroni. A fin de cuentas, en él se persigue recrear, actualizar y demostrar la vigencia de los tres componentes de la arquitectura establecidos por Vitrubio y cómo a partir de estos elementos constitutivos se pueden determinar rumbos docentes. Nuestro interés por tal planteamiento va más allá del hecho de su legitimidad histórica y se centra, por una parte, en la amplitud del panorama que ofrece permitiendo incluir las diversas variables que concurren en la arquitectura minimizando riesgos de exclusión. Por otra, en la medida de su aplicabilidad a la singularidad de nuestro caso.

La Unidad Docente Uno pretende ser una entidad de formación de cultura arquitectónica tanto en lo técnico como en lo humanístico en su acepción más amplia. En otras palabras, pretendemos formar individuos que además de ser cultos y conscientes de su momento histórico, tienen un oficio específico la arquitectura. Desde este punto de vista, el problema se presenta en dos amplios campos. El de la cultura a la cual se pertenece y los compromisos que ella impone y, el de la arquitectura como conocimiento y oficio específico.

Es evidente que ambos campos interactúan constantemente. La arquitectura como manifestación cultural implica considerar esferas de acción diferentes a la propia, a ella concurren, entre otras, variables históricas, sociales, económicas, psicológicas, físico-naturales. Por tal motivo, perseguimos establecer a partir de la experiencia en arquitectura, la doble función de aprender a diseñar edificaciones y aprender la realidad a la cual pertenecemos en sus diversas expresiones, entendiendo, que sólo la conjunción de estas dos funciones permite formar integralmente. Esta aspiración involucra tanto a profesores como alumnos, con lo cual la Unidad Docente deviene como sitio de práctica, reflexión, y discusión de la arquitectura.


1.2. - EL CONOCIMIENTO ARQUITECTÓNICO

Capacitar para hacer arquitectura es un proceso complejo, con frecuencia antinómico que, de manera simultánea y compensada, deviene de ámbitos antagónicos: el de las cosas abstractas y el de las concretas. Esta oposición original condiciona gran parte de la naturaleza y dinamismo, determinado, que en su decurso, esté signado por contradicciones intrínsecas.

Se reconoce así, cierta condición de dualidad en dicho proceso cuya razón de ser está vinculada a la naturaleza misma del saber arquitectónico, en la medida de estar este último constituido por conocimientos provenientes tanto de hechos inmateriales, es decir, de elementos reales provenientes del mundo del sujeto y en un sentido más amplio de las ideas en general (realidad eidética) como materiales en tanto hechos físicos (realidad fáctica).

Los que emanan de los hechos inmateriales constituyen el suministro fundamental del aspecto simbólico, así como gran parte del conceptual, de la arquitectura y, su explicación y fundamentación hay que buscarla en doctrinas que no sólo se sustentan en la “razón”. Los que derivan de los hechos materiales son el basamento, por una parte, del aspecto perceptual del saber arquitectónico, por otra, del tecnológico, en la medida de ser el primer producto de la experiencia sensible y vivencial (empirismo lógico) y el segundo, de la búsqueda científica (racionalismo científico).

Ajeno a su naturaleza (simbólica, perceptual o tecnológica) es indiscutible la existencia de un conocimiento arquitectónico que ha alcanzado el valor del patrimonio humano, y como tal, sus contenidos trascienden las particularidades geográficas y culturales. De igual manera, existe otro que sólo es válido para circunstancias locales, y no por ello carente de interés.

Por este motivo, en la formación de arquitectos deben propiciarse determinados niveles de abstracción, en tanto generalidades, que preserven y permitan difundir la universalidad de ciertos contenidos, cuya sustancia constituye invariantes de la arquitectura históricamente comprobados, y debe igualmente propenderse a determinados niveles de concreción que vinculen con el entorno al cual se pertenece, bien sea éste material o espiritual.

Tomando en cuenta los contenidos del conocimiento respecto a los niveles de formación, los del pregrado deben ser pertinentes con la etapa proyectual de la arquitectura. La actividad proyectual además de ser la función más relevante del quehacer arquitectónico, independientemente de las ideologías, técnicas y metodologías que se sustenten o apliquen, constituye punto de partida conveniente hacia nuevos escenarios de participación, bien sea enfatizando o desarrollando aspectos específicos de la disciplina o incursionando en otras afines. En consecuencia, la actividad proyectual, conjuntamente con la capacitación del individuo para ejercer acciones de control en la producción material de su obra, deben ser el fin principal de todo proceso orientado a formar arquitectos a nivel de pregrado; fin en torno el cual girarán otros en función de las posibles modalidades de entender o resolver problemas.


1.3. - LA UNIDAD DOCENTE UNO

Sobre la base de este conjunto de ideas formulamos los siguientes enunciados que constituirán el principal basamento conceptual de la Unidad Docente Uno y cuya comprobación se hará a través de la práctica y docencia del diseño arquitectónico.

1.3.1. - La arquitectura como síntesis de conocimientos técnicos y humanísticos
La obra arquitectónica puede ser entendida como resultado de los requerimientos y contenidos de una comunidad determinada, que le son planteadas al arquitecto en términos no formalizados espacialmente. Para dar respuesta eficiente a la demanda de la sociedad, el arquitecto debe ser capaz de concebir una estructura espacial en términos constructivos tecnológicos que satisfagan tales requerimientos y contenidos. La cabal conjunción entre la demanda social y la respuesta arquitectónica debe ser “controlada” por la “cultura arquitectónica” sobre la base de conciliar las identidades e incompatibilidades que se den entre ambas. Como operación final o de síntesis resulta el hecho arquitectónico integral, es decir, la arquitectura.

1.3.2. - La arquitectura como manifestación dicotómica de la conciencia individual y
colectiva
El arquitecto debe tener plena conciencia de que su acción está determinada por los contenidos y necesidades de un colectivo y por otra, que se acude a su individualidad para que, de acuerdo a sus cualidades profesionales (creencias, conocimientos, creatividad, oficio) manifieste y sintetice arquitectónicamente el requerimiento social del colectivo.

1.3.3. - La Unidad Docente como lugar para el debate sobre arquitectura
Los problemas que nos presenta el momento actual de la arquitectura, tanto como problema universal como el de nuestra realidad regional y nacional, hace indispensable la reflexión y discusión acerca de los diferentes rumbos a seguir con el objeto de concientizar los compromisos implícitos cualquiera sea la posición asumida

1.3.4. - La Unidad Docente como lugar para el entrenamiento y adquisición del oficio
de arquitecto
La adquisición de un oficio exige la práctica permanente. En este sentido se precisa la actividad de taller, como entidad docente y como medio para la síntesis de conocimientos inherentes al diseño arquitectónico.


2. - LA GLOBALIDAD DEL PROCESO

La Unidad Docente Uno se acoge a la estructura por ciclos aprobada en el Plan de Estudios, según la cual, el primer ciclo comprende los semestres primero a tercero, el segundo los semestres de cuarto a octavo y el tercero los semestres noveno y décimo, entendiendo que:

Dicha estructura fue planteada a los fines de ordenar la impartición del conocimiento y de fijar momentos para la comparación y comprobación genéricas del desarrollo y evolución de los estudiantes, en las áreas de conocimiento que así lo ameriten y a través de la práctica del diseño arquitectónico.

Estos ciclos no constituyen culminación de etapas intermedias en el proceso de formación, por el contrario, al ser éste concebido como proceso de maduración (continuo y globalizante), los ciclos propenden a darse transicionalmente y, en consecuencia, no implican cambios absolutos de estados de conocimiento.

Los beneficios y efectividad de la estructura propuesta dependerá de la cabal concertación de los fines y contenidos contemplados en el Plan de Estudios.


2.1. - NATURALEZA DE LOS CICLOS

2.1.1. -Primer ciclo
Está caracterizado por la programación integral entre las diversas áreas de conocimiento que constituyen el Plan de Estudios, es decir, la armonización, ordenamiento y concertación del conocimiento a impartir sobre la base de los contenidos propios de la proyectación arquitectónica y necesarios para su correcta realización, con el objeto de garantizar, por una parte, una concepción totalizante de la arquitectura, por otra, la mayor aplicabilidad de dichos conocimientos a la ejercitación en diseño.

Para la Unidad Docente Uno el Primer Ciclo, además de ser introductorio y orientado al desarrollo de destrezas, debe trasmitir y fomentar primeros valores elementales, a sabiendas de los innumerables riesgos que ello implica y sin pretender establecer axiologías trascendentales. Desde el inicio debe propiciarse que el individuo asuma y sustente posiciones claras respecto a su producto, y a la arquitectura en general, independientemente del grado de complejidad intelectual de su postura.

En este sentido, pensamos que hay que inducir a la comprensión de la condición totalizante de la arquitectura, de su capacidad para transformar y humanizar el espacio circundante y de su inserción en las vertientes técnicas y humanísticas de la cultura. A tales efectos, creemos que la etapa inicial debe hacerse énfasis de manera recíproca en cuatro áreas fundamentales que implican a su vez teoría y praxis, es decir, demostración de aptitudes, desarrollo de destrezas y adquisición de conocimientos.

a.- Área del Diseño Arquitectónico, cuyo campo está en la práctica del diseño (mensajes y códigos) capacitando y ejercitando en la concepción, proposición y comunicación de objetos arquitectónicos sencillos, y que, además de iniciar el desarrollo de “modos de ver” (enfoques, concepciones, lecturas e interpretaciones ) y de “métodos para...”, permita entender a formas y espacios como “actos intencionados” portadores de significación.

b.- Área de Historia y Crítica de la Arquitectura, cuyo campo radica en el conjunto de
conceptos que permiten dar fundamentación ideológica a la práctica del diseño, haciendo posible la adopción de escalas de valor (juicios arquitectónicos) y estableciendo nexos con el referente histórico (Historia de la Arquitectura) y las teorías cuya necesidad surge a partir de la reflexión sobre la práctica proyectual (teoría de la percepción, de la forma, del color).

c.- Área de la Tecnología, cuyo campo está constituido por el conjunto de conocimiento que permiten comprender el “comportamiento” de los fenómenos que le son propios en relación con la arquitectura, por encima del “dato” que lo describe, cuantifica y proporciona autonomía como conocimiento, esto es, introducir a la comprensión y manejo conceptual de la relación espacio-forma y tipología estructural, tomando en cuenta sus implicaciones constructivas, con el fin de inducir al estudiante a que incorpore al desarrollo de los ejercicios de diseño, los aspectos tecnológico involucrados propios de su nivel de formación.

d.- Área del Ambiente, cuyo campo lo constituyen los conocimientos necesarios para comprender a la arquitectura como manifestación cultural de una sociedad asentada en un medio ambiente determinado, así como a la conformación del espacio habitable que permite la existencia humana en condiciones óptimas, para asegurar tanto la calidad de vida del hombre, como los ajustes tecnológicos requeridos por el medio natural.

2.1.2.- Segundo ciclo
Está caracterizado por la programación autónoma de las diversas áreas del conocimiento, con el objeto de proporcionar su mayor especificidad y profundidad. En consecuencia no se precisan vinculaciones operativas entre éstos, ni con la ejercitación en diseño. Los contenidos de este ciclo, además de habilitar al individuo para diseñar correctamente edificios, deben garantizar su capacitación para efectuar las acciones de control necesarias para la cabal producción material de su obra, vinculándolo con el debido conocimiento científico requerido a tal efecto.

Para la Unidad Docente Uno constituye un período de profundización en el proceso de diseño, en la medida en que las diversas áreas que estructuren el saber arquitectónico son concebidas y aplicadas en la práctica del diseño desde la especificidad y necesidades de la arquitectura. Profundización orientada hacia la consecución de la eficiencia de las edificaciones, esta última, es entendida en términos de propiciar el bienestar material y espiritual del ser humano. En este sentido, y sin ánimos de coartar la pluralidad de posiciones, nos proponemos revisar y reinterpretar la obra (material e ideológica) del Movimiento Moderno como punto de partida hacia posibles innovaciones, en relación al momento presente y su aplicabilidad a las condiciones locales.

Con el objeto de facultar al estudiante para diseñar edificaciones eficientes, en este ciclo centramos la atención en los siguientes aspectos:

a.- Las posibilidades arquitectónicas de los sistemas estructurales y las técnicas constructivas más utilizadas en nuestro medio. Mediante la experimentación y el ensayo, el estudiante indagará sobre la preferencia entre las formas y espacios que propone y su soporte tecnológico, como vía que se auto compruebe que todo sistema de formas y espacios es factible en tanto conlleve una debida estructura resistente y de protección.

b.- La revisión del concepto “función”. No resulta suficiente la identificación del cometido de las edificaciones al simple cumplimiento de sus funciones primaria o utilitarias; además de servir para que el ser humano realice actividades en espacios confortables, los edificios deben presuponer otros fines que trascienden lo estrictamente material. Por esta razón, además de considerar de manera expresa la función utilitaria, tomamos en cuenta en la “educación” de arquitectos el problema estético y el simbólico – función estética y función simbólica o función representativa – como manifestaciones consciente de un estado cultural, que ponga de lado el problema de la “originalidad” en el diseño y trasmita información, por ejemplo, sobre modos de vida, nivel de desarrollo, hábitos de consumo, tipos de organización, moda y gusto.

c.- La relación entre arquitectura y ciudad.

2.1.3.- Tercer ciclo
Está caracterizado por la síntesis y comprobación final de conocimientos. Estará orientado hacia la consecución de niveles de realización vinculados al ejercicio profesional.

Para la Unidad Docente Uno, la síntesis y comprobación final de conocimientos se hará a través de un taller destinado y organizado a la prestación de servicios a la comunidad, en el área de proyectos de arquitectura y en el área de proyectos de investigación en arquitectura.


2.2 – ORGANIZACIÓN DE LOS RECURSOS DOCENTES

En el primer ciclo los recursos docentes se distribuyen horizontalmente, es decir, que en atención a la distribución estudiantil cada semestre está bajo la estricta responsabilidad de uno o más profesores. Esta relación horizontal es consecuencia de la precisa dirección y secuencia que caracteriza la impartición de los conocimientos propios de este ciclo, así como, de su carácter instrumental, aspectos que requieren de mayor control de la actuación del estudiante por parte del profesor.

En el segundo ciclo coexisten la distribución horizontal y vertical. De esta manera y siempre en función del número de estudiantes, puede darse el caso de profesores a cargo de un semestre determinado y el de otros que atienden alumnos de diversos semestres consecutivos. Con esta forma de organización es posible estructurar experiencias docentes en atención a temas o tópicos específicos, los cuales son programados con un año máximo de duración. Esta estructura ofrece al estudiante relativa diversidad de opciones en su formación, por cuanto puede elegir dentro de la ideología de la Unidad, la experiencia docente más acorde con su posición ante la arquitectura y así desarrollar mejor sus particulares inclinaciones.

La organización de los recursos docentes en el tercer ciclo responde a los propósitos del mismo: la producción de proyectos arquitectura a través del Taller de Proyectos, con miras a la prestación de servicios a la comunidad. Los posibles temas a desarrollar en dicho Taller exigen un responsable docente por tema, ya que además de orientar y supervisar el trabajo de los estudiantes, el docente es la figura responsable ante el ente objeto del servicio. La importancia de este programa de producción de proyectos requiere la participación de la totalidad de los recursos docentes de la Unidad como consultores y asesores que forman parte de un mismo equipo.


3.- OBJETIVOS

3.1.- Del primer ciclo

3.1.1.- Objetivo general
Inducir al estudiante en la comprensión de la condición totalizante de la arquitectura, de su capacidad para transformar y humanizar el espacio circundante y, su inserción en las vertientes técnicas y humanísticas de la cultura

3.1.2.- Objetivos específicos
Desarrollar la percepción intencionada como instrumento para conformar la capacidad crítica

Comprender el espacio arquitectónico como fenómeno integral donde concurren aspectos conceptuales, constitución física, interacciones entre los elementos que determinan un objeto arquitectónico e interacciones con el sitio

Desarrollar habilidades de diseño y destrezas de representación.

3.1.3.- Objetivo final.
Proponer y representar el anteproyecto preliminar de un conjunto sencillo de edificaciones de poca complejidad y el de uno de ellos, lo cual comprende:

  • Dar una respuesta conceptual e intencionada del conjunto y de la edificación.
  • Proponer, organizar, dimensionar y relacionar los espacios.
  • Proponer una implantación adecuada en función de la interacción con el entorno físico.
  • Proponer la (s) estructura (s) portante (s) y seleccionar un sistema constructivo adecuado.
3.1.4.- Énfasis.
Manejo de las variables espaciales en cuanto a forma y función.


3.2.- Del segundo ciclo

3.2.1.- Objetivo general
Profundizar el proceso de Diseño (proyecto arquitectónico) sobre la base de la jerarquización, relación y manejo intencionado de los elementos que constituyen la arquitectura, lo cual implica comprensión integral de la edificación como respuesta a sus requerimientos intrínsecos (simbólicos, espaciales, funcionales, tecnológicos y ambientales) y en relación con su contexto urbano inmediato.

3.2.2.- Objetivos específicos.
Explorar sobre las posibilidades e implicaciones arquitectónicas de los sistemas estructurales y las técnicas constructivas de uso corriente en nuestro medio, a través de la práctica en Diseño, a objeto de su correcta utilización.

Revisar de concepto función, bajo los puntos de vista estéticos, simbólicos y utilitarios.
Análisis crítico de la relación entre arquitectura y la ciudad.

3.2.3.- Objetivo final
Proponer y desarrollar el Anteproyecto preliminar de un conjunto urbano y el anteproyecto definitivo de una edificación compleja de dicho conjunto, lo cual comprende:

  • Selección y uso intencionado de un código arquitectónico.
  • Asumir una posición respecto a la ciudad y dar respuesta al contexto urbano.
  • Resolver conceptualmente y desarrollar integralmente aspectos constructivos más relevantes de la edificación.
3.2.4.- Énfasis.
Manejo de: las variables funcionales, constructivas y ambientales; el referente histórico; el referente urbano; la variable simbólica; tipología de edificaciones.


3.2.- Del tercer ciclo

3.2.1.- Objetivo general
Sintetizar y comprobar los conocimientos adquiridos en el Primer y Segundo Ciclo, con la intención de procurar niveles de eficiencia en el proceso de diseño y en el proyecto arquitectónico vinculados al ejercicio profesional.

Los objetivos específicos y el objetivo final del tercer ciclo serán determinados en cada caso atendiendo a las temáticas propuestas.


4.-CONTENIDOS

4.1.- Del primer ciclo
Asignaturas : Diseño Arquitectónico 1 / 2 / 3
4.1.1.- Introducción al proceso proyectual: etapas y representación gráfica maquetas.
4.1.2.- Propiedades de la forma y el espacio.
4.1.3.- Elementos determinantes y delimitadores de la forma y el espacio.
4.1.4.- La forma y el espacio intencionado.
4.1.5.- Patrones sencillos para relacionar y organizar formas y espacios.
4.1.6.- Relación entre espacio: forma y función. Antropometría, actividad y equipo.
4.1.7.- El medio natural. Influencias esenciales del clima en el diseño arquitectónico.
4.1.8.- Sistemas estructurales sencillos.
4.1.9.- Introducción al concepto de tipología arquitectónica. Énfasis en viviendas y servicios educacionales.
4.1.10.- Interacciones de edificaciones funcionales. Énfasis en servicios metropolitanos.

4.2. - Del segundo ciclo
Asignaturas : Diseño Arquitectónico 4 / 5 / 6 / 7 / 8
4.2.1. - Tipologías formales y tipologías funcionales. Énfasis en servicios
metropolitanos.
4.2.2. - Tipos estructurales y sistemas constructivos de uso corriente.
4.2.3. - Contenidos simbólicos y conceptualización de edificaciones.
4.2.4. - Introducción al estudio de la ciudad. Elementos para el análisis y tipologías
de espacios urbanos.
4.2.5. - Relación entre edificación y ciudad. Elementos de diseño urbano. Acciones
puntuales, renovación urbana y nuevos desarrollos.
4.2.6. - La investigación en arquitectura.


4.3. - Del tercer ciclo
Asignaturas : Diseño Arquitectónico 9 / 10
Los contenidos serán determinados en cada caso atendiendo a los temas de los trabajos del ciclo o a los trabajos finales de grado.




DISEÑO Y EXPRESIÓN | SUSTENTACIÓN TEÓRICA
ARGUMENTACIÓN PRESENTADA EN 1986 POR LOS PROFESORES LUIS JIMÉNEZ DAMAS Y VIRGINIA SOLÓRZANO ANTE LA EACRV PARA SOLICITAR QUE LOS TALLERES DE EXPRESIÓN ARQUITECTÓNICA FUERAN EXCLUSIVOS DE LA UNIDAD DOCENTE UNO. EL MISMO FUE ENTREGADO CON LOS PROGRAMAS DOCENTES QUE FUERON PREPARADOS PARA LAS TRES MATERIAS QUE CONFORMABAN ESA ÁREA. 

Partimos de la relación código/mensaje y enfatizamos en la condición interactuante de sus términos para concebir el dibujo arquitectónico como: sistema de "signos gráficos" (código) de complejidad variable para comunicar las "propiedades" (mensaje) de un objeto arquitectónico. Estamos pues, en presencia de un código de naturaleza gráfica que nos narra un objeto ausente (relación absencia).

Esta definición permite reconocer una función primordial en el código gráfico arquitectónico: predecir - reproducir, por cuanto, se ha dicho, el referente está ausente (o se esta en presencia del objeto, haya sido o no construido). No obstante su simplicidad, esta función fundamental determina y da sentido al código y produce efectos en el mensaje. Por una parte, condiciona la manera cómo ha de ser empleado y define el producto obtenido imponiendo "uso consciente" para lograr "modelos gráficos"; por otra, acota la intensidad del mensaje al exigir mensuración y especificidad de la información a transmitir.

Estos "modelos gráficos conscientes" requieren además de una condición adicional: "intencionalidad", condición que resume la vinculación entre el código y el mensaje. En efecto, para elaborar el modelo hay que seleccionar previamente las propiedades que se desean comunicar y en función de estas escoger los elementos del código que más convengan.

De esta manera, la eficiencia del modelo dependerá en gran parte de la escogencia entre las posibilidades que ofrece el repertorio del código y, como la misma se efectúa de acuerdo con las propiedades del objeto seleccionadas deviene, que la "intención" determina la pertinencia del código.

Lo anteriormente expuesto explica, de manera muy resumida, los propósitos que según nuestra creencia, deben tener unos Talleres de Expresión que fueron creados para proporcionar recursos mínimos. Cuando hablamos de elaborar "modelos gráficos conscientes e intencionados" como producto del empleo de un código gráfico, es porque creemos que su uso, bajo semejantes condiciones, resume, mide y evalúa el conocimiento adquirido y que las disciplinas y técnicas tradicionales adquieren su justo valor en la medida que pasan a ser un elemento más para formalizarlo.