3.8.08

Luis Jiménez Damas. Algunas ideas

Luis Jiménez Damas, algunas ideas sobre docencia y arquitectura.

Intentaré explicar ciertas ideas de arquitectura que eran expuestas por el profesor Luis Jiménez Damas en las experiencias docentes que guiaba en la Unidad Docente Uno, de las cuales participé primero como estudiante y luego como instructor de algunos de sus cursos. Ideas que firmaron parte fundamental de mi formación y de las intenciones de arquitectura y docencia que hoy desarrollo.
El propósito de una aproximación de estas nociones, es el de valorizar la pasión, que manifestaba Luis Jiménez ante la docencia, sentimiento necesario en este acto de creación, la arquitectura.

SOBRE EL OFICIO Y LA IDEA EN LA ARQUITECTURA

Si bien Jiménez consideraba fundamental una idea previa que ordenara el proceso de proyecto “concebir para poder obrar”1, y que necesariamente se representara en el objeto final del mismo, esta estructura de orden que regulaba el proceso debía mostrar una necesaria relación con el oficio. A partir de la idea de que todas las acciones emprendidas en el proyecto expresen la vocación del mismo de construir un objeto arquitectónico.

El oficio, entendido como el dominio de todos aquellos instrumentos que permitan al objeto arquitectónico cumplir con su cometido, no reflejaba únicamente su “valor utilitario” y su “sólida construcción”2, debía comprender también las intenciones sobre las cuales este objeto se construye, y la necesaria condición de la arquitectura de ser bella.

El oficio implicaba entonces no sólo aspectos instrumentales, sino también el conocimiento sobre teorías e historia de la arquitectura, sobre proposiciones con relación al tema escogido planteado por otras artes, sobre la significación del objeto arquitectónico y de los elementos que lo componen y la comprensión de las acciones a partir de las cuales éstos se construyen.

“La estructura portante está correcta, el dimensionado de los ambientes es correcto, pero el edificio es horrible así que comienza de nuevo.”

Era posible escuchar este comentario acompañado del señalamiento de que además del hecho cognoscitivo es necesario el talento acompañado del buen gusto, la presencia del espíritu creador, la intuición, el genio del arquitecto, para generar a partir de la realidad aparente una nueva realidad 3. Sin esta condición decia no se produce arquitectura.


SOBRE EL CONTEXTO, LA CIUDAD Y LA NOCIÓN DE TRÓPICO

El contexto se podía entender a partir de dos aspectos; uno el cognoscitivo, un contexto que entiende a la arquitectura como un hecho universal y constituye, como ya he explicado, parte oficio del arquitecto, el segundo el contexto físico y cultural en el cual además de las condiciones propias del contexto físico inmediato, era fundamental lo que Luis Jiménez denominaba entender el trópico, una consideración masa referida al lugar.

Luis, en su intento por obtener una respuesta de arquitectura adecuada al lugar, que respondiera a la noción de trópico, inicio experiencias docentes donde se hacía énfasis en el tratamiento de lo que el llamaba superficies.

Se denotaba como, por ejemplo, en arquitecturas populares, regionales, o caribeñas, si bien los esquemas del plan responden a esquemas tradicionales académicos, el tratamiento de las superficies adecua la arquitectura al lugar, generando como resultado una lectura del espacio/forma distinta al referente original. Presentándose en ambos casos una estructura de orden geométrica similar, el desarrollo de los componentes en el espacio produce una lectura del mismo completamente distinta.

…la vegetación del trópico lo tapa todo.

Luis Jiménez insistía en que ningún esquema de ciudad propuesto hasta ahora se adecuaba a aspectos que le son propios al lugar donde desarrollamos nuestra arquitectura, fundamentalmente por dos razones:

La primera, la vegetación del trópico, la cual imposibilita claramente la lectura externa de las edificaciones, trazados reguladores, ejes, etc., por lo exuberante e incontrolable de su crecimiento que impiden la lectura de estos elementos; solía hacer referencia al planteamiento de axialidad, absolutamente académico, entre las escuelas de medicina de la Ciudad Universitaria y a como su percepción desde el eje era imposible por la presencia de la vegetación existente.

La segunda la geografía, que por lo variada no permite la adecuación precisa de tipos específicos sino que requeriría de soluciones particulares, (el caso de la ciudad de Leyes de Indias, la retícula hipodámica requiere de soluciones especificas para su adecuación a topografías accidentadas), (casos como la ciudad de Los Teques, L Guaira, el norte de Caracas colonial, etc.) aunque las mismas se valgan de elementos que pueda aportar la tradición o el contexto cultural universal.

En el ámbito académico, el construir el objeto arquitectónico debía contemplar, además de la necesaria adecuación al cometido, a la técnica y a los aspectos específicos de construir, que el mismo tuviera la capacidad d representar la idea.

Las superficies, tema fundamental de desarrollo en sus últimos años de docencia, y en definitiva el objeto arquitectónico, debía contener una sugerencia ideológica e implicar un pensamiento crítico frente a la arquitectura. Se presentaba así la arquitectura y sus componentes como símbolos, y no únicamente como objeto de uso, expresiones de la arquitectura y su creador.
Ese movimiento del alma, al que me refería al principio, se manifestaba en un comentario que repetía ante la eventual ausencia de una manifestación en la arquitectura de intereses éticos y estéticos, solía decir:
Si el único objeto de la arquitectura es su función utilitaria, entonces, la vida, no tiene sentido.



Marcos Sanoja Rial. Prof. UCV


Notas:
1 Etienne Louis Boulleé: Arquitectura, Ensayo sobre el Arte, Editorial Gustavo Gilli, Barcelona, 1985.
2 Marco Lucio Vitruvio: Los diez libros de Arquitectura. Editorial Iberia, Barcelona.
3 Wladyslaw Tatarkiewich: Historia de seis ideas, Arte, belleza, forma, creatividad, mimesis, experiencia estética.Tecnos, Madrid 1987

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